La poda
del rosal tiene por objetivo dar simetría a su porte, hay que sacar las ramas secas, débiles o enfermas y quitar ramas de madera
vieja e improductiva. Es la manera de rejuvenecer la planta y provocar brotes
nuevos.
Las herramientas básicas son: una tijera de mango corto y otra de mango
largo, esta para quitar las ramas más gruesas, ambas deben estar afiladas y limpias, un par de guantes buenos para proteger las manos.
La poda puede ser intensa; quitando tres cuartas partes de la planta; moderada
quitando solo la mitad; o ligera quitando sólo un cuarto.
Un rosal
trepador no debe podarse mucho los primeros años, es mejor ir guiando
sus ramas en forma de abanico, de lo contrario su sabia sube y florecerán
los tallos superiores. Los trepadores dan brotes desde el injerto, éstos
deben cuidarse porque al cabo de unos años se deben eliminar algunas
ramas ya viejas para rejuvenecer la planta. Se deben cortar las ramas hasta
el alto deseado, como cubrir una pared, etc. Los trepadores de una sola floración
deben podarse inmediatamente después de florecer.
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